viernes, 1 de septiembre de 2017

VUELTA AL COLE…MUY TRISTE

MAS - Mascota del CPEE María Soriano, para los amigos: Sorianito


Hoy ha comenzado el curso escolar 2017-18 en la Comunidad de Madrid para los profesionales docentes y no docentes, los alumnos llegarán el día 8 de Septiembre.

Sinceramente, la semana previa a reincorporarme al trabajo empiezo a tener distintos síntomas desagradables, me cambia algo el humor y el sueño entre otros.

Pero esta mañana me levanté contenta, mi profesión y trabajo me gustan, el descanso vacacional se nota y reencontrar a los compañeros y bien es siempre una alegría.

He ido con tranquilidad, escuchaba música, hoy no quería escuchar noticias de actualidad como hago habitualmente y pensando: qué pereza volver a las rutinas mientras, como no, tarareaba el "despacito déjame sobrepasar tus zonas de peligro………"

Hoy,  que además es viernes, no pensaba más que saludar, preparar alguna cosilla para la semana que viene, con los más allegados tomar un café y por supuesto contarnos los viajes, las vacaciones, lo normal vaya.

Al poco rato he recibido una llamada que agradezco, se me ha borrado la sonrisa y he sentido mucha rabia, dolor y tristeza.

Esta pasada noche una de nuestras alumnas en régimen de internado en el CPEE María Soriano ha pasado a engrosar la lista de estrellas que sin duda y como todos los demás alumnos que están en el cielo nos acompañarán y guiarán.



Hemos acudido al tanatorio a dar un abrazo a sus padres, hermanos y abuela con los que a lo largo de algunos años hemos compartido los cuidados y el cariño a Lucía.

Era mi segunda adjunta en la Dirección de Enfermería del colegio, tengo dos para que me ayuden en la ardua labor de la supervisión y tras el disgusto inicial, viendo un par de vídeos que nos han enseñado los padres de este verano y ver que estaba tan feliz, nos hemos sentido reconfortadas y según volvía a casa he recordado muchas cosas vividas con esta niña de 12 años.

Y como hablaba esta mañana con José Luis, DUE y uno de los “amores de Lucía”, nos quedamos con su inmensa sonrisa, sus ojos preciosos, su picardía y alguna trampilla que hacíamos conjuntamente cuando se cansaba de estar en clase y nos la llevábamos a enfermería. 

La profe “nos regañaba cariñosamente” en las reuniones porque Lucía era muy lista y tenía que estar en clase, pero estaba superando un postoperatorio complicado y negociábamos con la niña sus idas y venidas, en concreto José Luis tenía vía libre para decidir, en función de su estado de salud, donde debía estar Lucía.

Dormía en Enfermería desde hace unos meses por su necesidad de múltiples cuidados sanitarios y a primera hora, las dos adjuntas coincidían en aerosolterapia y sonrío recordando esos ratos tan divertidos, como hacía de rabiar a los chicos sobre todo, porque era una gran conquistadora.

Y sus carcajadas.

Sé que muchos compañeros se enterarán por estas letras y que sentirán una inmensa pena, porque es imposible no querer a nuestros alumnos, ya lo he escrito en más ocasiones, en este trabajo además de los aspectos meramente profesionales de todos y somos muchos y variados, se respira amor y cariño por todas las esquinas hacía “nuestros niños y jóvenes escolarizados”. 

Y también nos duele cuando se van, por eso cada uno como puede y sabe, gestiona sus emociones.

Pero el gran amor de Lucía era su padre, no tenía rival, era todo para ella se le iluminaba la cara cuando le decíamos que venía a buscarla.

Para esos padres, hermanos, abuela y demás familia, este pequeño recuerdo-homenaje y un extenso abrazo de toda la Comunidad Educativa del CPEE María Soriano.

Hemos tenido la gran suerte de recibir mucho amor por parte de Lucía y la hemos querido mucho. 

Siempre que miremos al cielo veremos su preciosa cara y su gran sonrisa.

D.E.P. querida niña.

 En la foto, su querido José Luis

 Y con este escrito intento cerrar mi duelo personal y trasmito a la familia nuevamente el cariño y ánimo de todos los profesionales del CPEE María Soriano.


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