Sirva este pequeño escrito de homenaje a todos los pediatras en especial a los de Atención Primaria en peligro de extinción, con los que las enfermeras escolares tenemos y debemos tener mucha comunicación profesional.
Esther Ruiz Chércoles, es Pediatra en el Centro de Salud María Jesús Hereza de Leganés,
Madrid.
Nos conocemos hace años,
apareció en uno de nuestros Congresos, no recuerdo nunca fechas, y desde entonces colaboramos en
algunos temas profesionales relacionados con la Educación para la Salud, ha
participado en actividades formativas de AMECE+N+I y seguramente tiene un
amplio C.V. , además de ser una pintora, para mi muy buena y que me regaló un
cuadro que me acompaña todas las noches y veo antes de irme a dormir.
Esther es mi amiga porque
aunque en Madrid es complicado quedar y charlar con amigos y ambas dos estamos
siempre con mil cosas liadas, cuando me llama o escribe tiene la capacidad de lo
cansino y preocupante transformarlo en una fortaleza y terminas la conversación
sonriendo y con el alma recargada de fuerza.
La tengo en la lista de los
seres de luz que nos rodean y con la
gran suerte de que estemos en el mismo árbol y rama de la vida.
Entusiasta y generadora de
mucho conocimiento sanitario a través también de la EPS, cuando llegas a su
Centro de Salud, siempre hay cuadros y exposiciones relacionados con la
maternidad, la lactancia materna, hábitos de vida saludables…bien de ella o de
alumnos de colegios, como en esta ocasión me ha enviado y que tendrán su
espacio probablemente en nuestro próximo Congreso de Octubre.
Estuvo en mi colegio ya hace
mucho y ese día comimos un rico cocido que elaboran magistralmente los
compañeros de cocina del CPEE María Soriano.
Con el permiso de mi gran
Jefe, siempre invito a conocer mi colegio, porque además de ser la cuna de la
Enfermería Escolar en España, es singular y muy especial, yo puedo contar mil
cosas sobre lo que se hace en el mismo, pero hasta que no se ve y se recorren
sus instalaciones, no se puede llegar a entender la riqueza multiprofesional que revierte en alumnos con severas
discapacidades, algunos incluso con cuidados paliativos y la vida y alegría que
se respira por los rincones.
Han pasado muchos médicos,
pediatras y especialistas de distintos hospitales, profesionales de la
enfermería, universidades, distintas autoridades de Educación y Sanidad
fundamentalmente y curiosamente algunos “cargos” que nos gobiernan no lo hacen,
hay que bajar a la obra para poder conocer la realidad y poder dictar
normativas, eso, como dice un amigo mío escritor al que quiero mucho, eso es
otra historia.
Ayer, fue un día
especialmente duro y cansado en Enfermería por distintas circunstancias, de no
parar porque tuvimos varias urgencias a la vez y que cuando vas de vuelta a
casa sientes que te duelen hasta las pestañas.
Me acuesto temprano porque me
levanto muy pronto (alondra) y hoy es de los pocos días que ha sonado el
despertador, no podía levantarme y al abrir el correo y ver que me ha escrito
Esther contestando a una petición que le había hecho, desaparece el cansancio y
vamos a por el miércoles agradeciendo que una persona tan especial, de las que
hay muchas y no vemos o nos dejan ver en el mundo, búho ella, deje tanta huella
y sea una amiga a la que quiero un montón y que me voy a permitir poner una
historia preciosa que me ha escrito hoy, porque Esther también es sabia y es
Paz y Amor.
“Al final de la Segunda
Guerra Mundial, el 6 de agosto de 1945, se lanzó una bomba atómica sobre la
ciudad de Hiroshima, en Japón. Muchas personas murieron y otras enfermaron
posteriormente de leucemia, como Sadako Sasaki, una niña de 12 años.
Cuando supo que estaba enferma, su amiga Chizucho, que también
estaba ingresada por cáncer, le contó una leyenda japonesa: “Tu mayor deseo se
hará realidad, si construyes mil grullas de papel”.
El origami o papiroflexia es parte integral de la cultura
japonesa. Su técnica se basa en el plegado de papel para crear
figuras.
Sadako empezó a doblar grullas, una tras otra, intentando conseguir
su deseo de curarse y de curar a todos los niños enfermos, pero en 1955
falleció rodeada de 644 grullas.
Simbólicamente, sus amigos continuaron su misión y completaron las
mil grullas, con la esperanza de que se evitaran las guerras en el futuro y se
consiguiera la paz entre todos los países del mundo. Tres años más tarde de la
muerte de Sadako, los niños de toda la ciudad de Hiroshima le dedicaron una
estatua de ella con una grulla en su mano. La estatua está en el Parque de la
Paz de Hiroshima.
Las grullas de papel se han
convertido en el símbolo de la paz y este movimiento se ha extendido por muchos
países. Para los japoneses la grulla además de paz, significa salud.”
Un fuerte abrazo Esther.
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